Universidad estatal en Guatemala y el fin del discurso igualitario

Por Julio Valdez

“La educación superior gratuita bajo cualquier estándar es una política
represiva que beneficia a una minoría de privilegiados, organizada y que al
final financia su inversión en capital humano con la plata de otro” Axel Kaiser[1]
Nuevamente columnas de maestros del Estado salen a las calles exigiendo mejoras salariales, esto al menos a nivel de discurso, ya que se ha convertido en costumbre que el sindicato muestre sus dientes y uñas al gobierno de turno para poder negociar no solo mejoras sino cuotas de poder y demás. Estas acostumbradas movilizaciones que duran un par de horas y que dificultan el tránsito en la ciudad, pero que significan al menos dos días de suspensión de actividades en muchas escuelas son hoy en día una de las razones más esgrimidas por parte de padres de familia para rechazar la educación estatal, esto sin tomar en cuenta la bajísima formación de los maestros y la predominante prepotencia escudada en las condiciones se seguridad laboral que les permite el formar parte del Estado con el amparo del sindicato.
El año 1989 durante las movilizaciones magisteriales durante el primer gobierno de la llamada era democrática en Guatemala coincidieron con el incremento de las clases medias especialmente urbanas que vieron a inicios de la nueva década el incremento exponencial de los colegios privados, estos a su vez poseían una clasificación de tarifas que iban desde los más accesibles hasta los de élite.
Los colegios entraron a cumplir con una demanda creciente y la decepción creciente hacia los servicios que prestaba el Estado, malas instalaciones, formación deficiente de los docentes, existencia de servicios adicionales complementarios al proceso de formación como era los laboratorios especialmente los de computación que empezaron a generalizarse en la década de los noventa, las ineficiencias administrativas junto con el incremento de la población en las áreas urbanas planteaba que el problema de las cuotas de ingreso a tal grado que había sobrepoblación y hacinamiento en las aulas y enormes filas que madrugaban con días de anticipación para poder lograr un cupo para sus hijos, esta situación incluso llega a ofender la integridad moral de las personas pero aparentemente este tema no formaba parte de la agenda de los tink tank, es una realidad que está ahí y no se visualiza.
Luego como sucedió a inicios de la década de los setenta cuando se inaugura el campus central de la universidad estatal se produce la primera explosión de ingresos masivos de estudiantes provenientes muchos de ellos de las nacientes clases medias y bajas urbanas muchos de ellos desplazados por el terremoto de 1976 y que poco a poco habían identificado en la educación un medio ético para poder superar la pobreza o bien para la movilidad social que se estaba produciendo, esto obviamente fue aprovechado por organizaciones guerrilleras que se atrincheraron en la universidad y prontamente se desarrollaron procesos de formación y adoctrinamiento político que ayudaron a crear una especie de base de reclutamiento para las unidades militares que operaban en el área rural.
El proceso de masificación de la universidad finalmente es desacelerado cuando entrado el nuevo milenio las autoridades se dan cuenta, con toda racionalidad económica, que los recursos financieros son insuficientes para satisfacer la demanda de educación superior, sobre todo porque en diez años los colegios estaban acelerando el proceso de acreditación preuniversitaria y la continuidad de estudios era parte de la promesa brindada, era cuestión de tiempo para que el centro de estudios superiores más grande de toda la región llegara a la conclusión de que era necesario hacer pruebas de ingreso, las justificaciones fueron diversas a saber:
1.       Disminuir la repitencia[2]
2.       Elevar la calidad de la formación[3]
3.       Presionar al sistema educativo para elevar el nivel de formación preuniversitaria
Claro está no se mencionó el tema económico, a saber:
1.       El resquebrajamiento del sistema de fondos de retiro por malos manejos administrativos y por actos de corrupción.
2.       Los constantes atrasos en el flujo de los recursos del Estado elevaban la deuda interna
3.       La incapacidad de poder incorporar a más personal para atender la demanda de educación con todas las prestaciones que el Estado reconoce
4.       El enorme influjo de estudiantes no significaba un influjo en los recursos financieros en tanto que esta universidad prácticamente es gratuita menos de 15 dólares norteamericanos al año por colegiatura, por lo que este aporte cubre
5.       Los servicios que presta la universidad, que sobre eso se han manejado discursivamente que superan el monto que el Estado invierte en la existencia de la única universidad estatal, son completamente subsidiados por el ente y por lo tanto por el Estado representan más que una valorización de los mismos en la justificación para hacer el reclamo constitucional de presupuesto, falta hacer análisis más profundos al respecto
De todo esta aproximación a la problematización nos centraremos en el tema del fin de su carácter “popular” y del sin sentido del modelo actual de la visión de supuesto igualitarismo.
Educación superior estatal ¿un derecho universal para los guatemaltecos?
No, es la respuesta menos maquillada a los reclamos que se repiten cada año cuando miles de aspirantes se quedan sin inscripción por no haber superado las pruebas de ingreso, y rememorando los discursos de los años de luchas sociales junto con la manipulación intelectual institucional, la respuesta se encuentra en la sección quinta de la Constitución Política de la Nación en lo relativo a las Universidades que en nueve artículos no existe ninguno que obligue al Estado en proporcionar dicha educación a la población eso sí, determina que el presupuesto de esta casa de estudios no será del menos del 5% del presupuesto general de ingresos (artículo 84) y luego afirma que las universidades (privadas) están exentas de todo tipo de impuestos, arbitrios y contribuciones, este argumento partía del supuesto de que estas brindan un servicio vital para Guatemala como es la educación y que obviamente la universidad estatal en determinado momento no se daría abasto por lo que la exención de impuestos era lo más cercano a una subvención.
Lo interesante del funcionamiento de las universidades privadas es que tales exenciones de impuestos poco redundan en la disminución de colegiaturas en el área metropolitana no así en las provincias donde los costos son mucho menores[4].
La visión de Axel Kaiser sobre la educación superior como una política represiva que beneficia a una minoría se cumple a la cabalidad en tanto que esta no absorbe a toda la población de estudiantes que desean continuar con sus estudios superiores y luego para responder a esta paradoja plantean que los servicios que prestan con estudiantes en ejercicio profesional pregraduación  y algunos laboratorios benefician a un millón de personas[5] y luego llegan a conclusiones fantásticas como de que dichos servicios ponderan más que la inversión sobre cada estudiante que ya se ha convertido en una élite en tanto que se invierte más que el promedio de una universidad privada.
A la universidad estatal se le aprobó un presupuesto en el año 2017 de Q1,725,872,000.00[6]millones para obviamente atender a 173,463 estudiantes escritos en el año 2016[7]bastaría con hacer una simple división para determinar cuánto del presupuesto toca en calidad de inversión tanto en inmuebles y funcionamiento por cada estudiante que es al final el objetivo, las clínicas, laboratorios y las bufetes tienen como objetivo no la atención a la población sino la formación profesional y obviamente la naturaleza gratuita es un incapacidad del Estado para cobrar por un servicio que ya fue pagado con impuestos, es más muchos de estos servicios reproducen las mismas características del Estado, horarios restringidos, largas colas, servicios sin calidad al ser gratuitos la calidad pasa a un segundo plano.
La élite intelectual altamente costosa de la universidad que en el discurso político estaba al servicio del pueblo mostrada en la imaginería de los murales que adornan los edificios, en realidad ese imaginario nunca se concreto era más bien una serie de discursos políticos que sirvieron en un contexto determinado , no lo fue durante los años terribles de violencia, y menos ahora porque ante el avance de la incapacidad del Estado para elevar la calidad educativa de sus centros preuniversitarios, gratuitos, y la elevación de la competencia de los colegios privados[8]que ahora detentan la mayor cantidad de servicios de educación.
Resulta interesante que el promedio de las cuotas más bajas en colegios de mediana calidad superan por tres o cuatro en un mes lo que la universidad estatal cobra por un año de educación, el argumento que las cuotas permitirían el ingreso de hombres y mujeres de escasos recursos resulta inadmisible en tanto que los estudiantes, hoy en día, provenientes de centros de estudios del estado para personas de escasos recursos no pueden ingresar a la universidad, es más, cada año los medios se ocupan en analizar las bases estadísticas del Ministerio de Educación para calificar a los colegios privados que en las pruebas nacionales ponderan más alto esto para cuestionar como estos se quedan en el coladero[9]de la universidad estatal.
Se ha confirmado en la caracterización de los centros de estudios preuniversitarios que alimentan todos los nuevos ingresos en al menos los últimos veinte años que son las clases medias las que alimentan las aulas, los hijos de obreros y campesinos son la excepción, el discurso quedo vació lo que nos lleva al costo nuevamente no por la injusticia que resulta el que la educación superior estatal sea elitista sino porque no hay inversión en elevar la calidad y cobertura de la educación técnica, tecnológica o bien la intención de fortalecer la oferta privada.
Entre la igualdad de oportunidades y una rueda de hámster
Resultaba claro al calor de las grandes movilizaciones estudiantiles y de la tragedia que significo la muerte de muchos de ellos a lo largo de las décadas de los setentas y ochentas respectivamente que la lucha por el acceso a la educación universitaria, que no es lo mismo que igualdad, significaba que todos los que quisieran pudieran tener la oportunidad de estudiar y ocasionalmente acceder a la movilidad social, el ideal discursivo e ideológico construido al calor de esas mismas jornadas era que un hijo de un obrero o un campesino pudiera hacerlo, vaya de esta manera se justificaba que las cuotas tan bajas no resultasen una limitación a ese acceso, es más, algunos incluso luchaban porque ni esas cuotas casi ridículas se cobrasen especialmente a dirigentes estudiantiles, a trabajadores y a aliados de las luchas populares como son los sindicalistas y dirigentes populares, en fin.
El supuesto era masificar el acceso, sin restricciones, y luego obviamente la elevación del carácter político de la formación para que el ideal revolucionario pudiese llevarse a cabo, esto fuera completamente de la lógica del mercado laboral se pensaba en profesionales al servicio del Estado, uno grande y vigoroso.
Es claro que esas cuotas bajísimas sumado a la falta completa de controles de calidad en la formación produjo que existiera una considerable masa de estudiantes que vegetaban en el sistema no solo porque no llegaban a la graduación, reducido indicador de éxito, sino que consumían los recursos administrativos y de funcionamiento sin retribuir absolutamente nada, esta situación llego a generar crisis cuando antes de que finalizara el siglo el concepto económico de escasez y limitación  de los recursos, el ideal revolucionario con un alto grado de irresponsabilidad que se quiso establecer durante el crecimiento de la matricula era insostenible y un completo fracaso de inversión pública a nivel lógico.
La inversión privada en la educación superior privada reconoce un boom precisamente cuando la universidad estatal que funcionaba en la práctica como un monopolio estatal que a la vez se convierte en un Cartel con el poder que posee a nivel de la participación de las políticas públicas y en los entes que reinterpretan ese mismo concepto monolítico de Estado, de ahí la manipulación de las elecciones en facultades de derecho, medicina, ingeniería y el acceso al consejo superior universitario que nombran representantes en varios entes.
Las universidades privadas se hicieron con un gran número de aspirantes a estudiantes que:
1.       no lograban su ingreso a la universidad estatal, que poseían los recursos pero no el acceso que ya había dejado de ser universal a pesar de que esto no está establecido en la constitución,
2.       luego estaban los estudiantes que con apoyo de sus padres o bien con las motivaciones personales observaron que la oferta educativa en la universidad estatal se había quedado completamente estancada en el tiempo, en la burocracia monolítica del estado y la poca perspectiva del aporte a la sociedad, y peor aún en resabios ideológicos que solo se pueden reproducir en el amparo de la seguridad del Estado
3.       y la más dramática la cobertura, en esos últimos años del milenio y los primeros del presente se produjo un salto económico que produjo el avance del ámbito urbano en todo el país y el crecimiento de las clases medias a nivel de provincia que comienzan a buscar un desarrollo en los lugares de nacimiento
¿Igualdad? Algunos números
En una nota periodística publicada por el periódico digital Soy502 titulado: Ranking de colegios 2017: mira qué lugar ocupa tu centro educativo[10]escrito por Jessica Gramajo muestra con claridad las ponderaciones el Ministerio de Educación realiza a manera de evaluación de la labor de los colegios públicos, es casi lo único que hace en cuanto a monitoreo de la calidad del servicio que prestan, ha mostrado que en los primeros 50 puestos son ocupados por empresas educativas que mayor  ponderaron en pruebas de lenguaje y matemática en la prueba estandarizada a sus estudiantes, esto obviamente significa que si estos optan por continuar sus estudios en la universidad estatal tendrán la oportunidad de aplicar casi de inmediato, obviamente no se posee el dato por lo que solo podemos inferirlo.
En esta misma nota se afirma que el MINEDUC evaluó en general a 158 mil 962 estudiantes de 4 mil 124 centros educativos; de los cuales 3 mil 339 son privados y 587 dependen de los recursos del MINEDUC, 58 son municipales y 140 por cooperativa[11], hay que hacer la salvedad que los centros educativos por cooperativa son semiprivados y los municipales dependen igualmente de la voluntad política de los alcaldes de ahí que no hayan en la totalidad de las 341 municipalidades.
La participación del Estado en la educación preuniversitaria es de menos de la octava parte de la oferta educativa y por el ranking presentado en la nota de muy baja calidad, es más, es claro que las carreras de mayor énfasis científico no se pueden alimentar de los estudiantes que el mismo Estado forma.
Ahora bien, vamos al tema monetario, el monto de cobro de la universidad Estatal a sus estudiantes es de Q101.00 dividido en 6 de una cuota estudiantil, 5 de papelería, 10 de bienestar estudiantil, 20 de servicios de biblioteca y 60 de derechos de matrícula[12], hay que puntualizar que esa cuota estudiantil se reparte en las organizaciones estudiantiles oficiales que existen en toda la universidad que lo gastan entre fiestas y algunos servicios muy básicos como algunos cursos de inducción y actividades varias, en varias oportunidades estos fondos han sido utilizados en forma discrecional al buen o mal entender de los dirigentes de turno.
Esa cuota de Q101.00 al año representa al cambio actual de $1 dólar norteamericano por Q7.35 representa $13.74 al año, la cuota promedio en los cincuenta colegios de mayor ranking por mes es de no menos de Q900.00 sin contar con los servicios adicionales de bus que pueden oscilar desde Q500.00 hasta Q700.00 papelería adicional a los no menos Q5,000.00 anuales en útiles escolares y por supuesto la inscripción anual que puede ir entre Q1000.00 o Q1,500.00, si se hace la comparación la cuota anual de la universidad llega a una octava parte de lo que promedialmente se paga en una colegiatura mensual.  Esta disparidad de cuotas podrían servir para mostrar la desigualdad de las cuotas y justificaría de ser el caso que la universidad estatal recibiese a los que no pueden cubrir estos costos preuniversitarios pero no es cierto, en todas las carreras científicas que ocupan doble jornada (mañana y tarde) casi el 100% de su población proviene de estos estratos incluyendo en la universidad estatal donde prevaleció el raciocinio administrativo, las carreras social humanistas son alimentadas en su mayoría por esos 3 mil 339 establecimientos privados, donde las cuotas pueden bajar en carreras preuniversitarias hasta Q500.00 por mes que aun así es cinco veces más de lo que se paga en todo un año al Estado.
El gobierno universitario solo responde con limitados programas de becas monetarias que oscilan en Q650.00 por mes, y para personas pertenecientes a grupos étnicos y/o mujeres que puede llegar hasta Q1000.00 en regiones como Quetzaltenango, estas son subsidiadas por programas o préstamos externos a la USAC, estas becas no llegan a cubrir ni la tercera parte de un salario mínimo para este año fijado en Q2 mil 992.36[13], por lo que un estudiante ubicado en la escala de pobreza que no solo no posee fondos para pagar un colegio privado preuniversitario que le pueda brindar la formación para pasar las pruebas de ingreso no va a poder sostenerse con las subvenciones estatales, de ahí que los estudiantes pobres que logran ubicarse en puestos de trabajo como operarios y que tienen el empuje para seguir estudiando preferirán hacerlo en una universidad privada que puede cobrar entre Q300 y Q500 en centros periurbanos y de provincia, eso siempre y cuando sean carreras socia humanistas que tienden a ser más baratas porque son las que más población poseen y los cuadros docentes poseen según las autoridades universitarias una formación más deficiente.
Una somera conclusión en medio de la crisis sostenida
Es claro que una crisis solo puede ser abordada cuando se reconoce que existe de lo contrario es simple realidad cotidiana, mientras que miles de estudiantes universitarios chilenos salieron a las calles a luchar contra los enormes prestamos universitarios y a la par exigían que el Estado asumiera más responsabilidad en la educación superior, en Guatemala la inamovilidad de los afectados en esta realidad solo puede explicarse en tanto que esta no genera problema.
La privatización de la educación no se mide solo por la concesión de servicios estatales como fue el caso de la energía eléctrica sino también por la decisión política que ha dejado que el servicio estatal caiga en la inmovilidad y se autodestruya en un mar de corrupción.
Esta situación de crisis sostenida no exige una mayor inversión de parte del Estado ya que demostrado esta que a mayor inversión mayor fuente de ineptitud y corrupción, la transformación completa de la educación superior pasa por la visión compleja del desarrollo como nación, a nivel político, económico, tecnológico y cultural.
Nota de AIG: Las opiniones de los columnistas no reflejan necesariamente la postura del colectivo Analistas Independientes de Guatemala. Cada autor es responsable de las opiniones vertidas, a menos que se exprese lo contrario.
Referencias bibliográficas
1.       Álvarez Aragón, Virgilio (2005) Conventos, aulas y trincheras. Universidad y movimiento estudiantil en Guatemala. Editorial de ciencias sociales Flacso / Editorial Universitaria.
2.       Brunner, José Joaquín (editor) (2016) Educación Superior en Iberoamérica informe 2016, Centro Interuniversitario de Desarrollo (CINDA) Santiago de Chile
3.       Banco Mundial, OCDE (2009) La educación superior en Chile, Ministerio de Educación de Chile.
4.       Cumatz Pecher, Carlos (2002) Legislación Universitaria Guatemalteca y los compromisos de paz en educación superior. AMEU


[2]Junto con las pruebas de ingreso la universidad implementó un sistema para evitar la repitencia indefinida que traduce en imposibilitar la  asignaciòn más de tres veces el mismo curso, lo que se traducía en carreras con pensum cerrado como las que existen en esta casa de estudios, que si luego de cursar tres veces el mismo curso con las oportunidades de poder acceder a pruebas de recuperación, dos veces por cada vez que se pierde un curso, hasta entonces se imposibilitará al estudiante el seguir asignándose tal curso y por lo tanto esto imposibilitaría continuar sus estudios para lo que obviamente ha demostrado falta de capacidades, esta medida fue ampliamente criticada por las vertientes de pensamiento que sostenían que el acceso a la universidad debería ser universal aun cuando eran numerosos los casos de estudiantes que vegetaban en las aulas ocasionando grandes costos, la medida al final creo que poco impacto en cuanto a la disminución de costos en tanto que esas vertientes de pensamiento estatista implementaron una medida para que un estudiante pudiese desasignarse las veces que quisieran los cursos.
[3]Según los especialistas de la universidad una de las razones de la repitencia era la falta de capacidades formativas de los estudiantes en todas las áreas del conocimiento lo que redunda en la incapacidad de solventar las exigencias que las materias y las carreras exigen, obviamente las razones como la limitación de recursos o la falta de orientación profesional salen de los llamados servicios que la universidad brinda ya que la política de becas se limita en tanto la naturaleza semigratuita de la educación del Estado
[4]Existe la diferenciación de cuotas también por carreras, las científico productivas tienden a ser más costosas que las social humanistas que dicho sea de paso se consideran más baratas porque representan un menor ingreso para sus egresados y porque hay mucho más profesionales disponibles para la docencia
[8]Esta competencia se incrementó cuando la universidad estatal institucionaliza los exámenes de ingreso como prerrequisito, los colegios suponían que los padres de familia que deseaban disminuir sus inversiones en educación de sus hijos en la universidad la opción era el ingreso a la estatal que es semigratuita pero para ello necesitaban acreditar conocimientos, esto redundo en que los colegios se pusieron como indicador de éxito ya no la cantidad de estudiantes graduados sino los que estén ingresando a la universidad estatal.
[9] No se analiza el desempeño estudiantil en universidades privadas porque es obvio que la premura por mantener la matricula va de la mano con el incentivo para seguir con la relación de cliente, por lo que los estudiantes difícilmente son mostrados como carentes de capacidad, por otro lado puede que el tema del mismo costo motiva a que los estudiantes se niveles a si mismos en tanto que no pueden permitirse perder inversiones que se cuantifican por mes.

Deja un comentario